miércoles, 23 de abril de 2014

CLEPSYDRA 15 CASCADA DE ESTRELLAS EN LA NOCHE

CASCADAS DE ESTRELLAS EN LA NOCHE[1]
                       
XXI 

FICCIÓN DE MEDIDA INCONMENSURABLE, 

latidos infinitos de un corazón 

inexistente. 

Agobio hacía la muerte 

sacrificio de la nada. 

Tic tac enloquecedor 

Agotamiento de almas, 

espera de espectros 

nebulosa de un ¿por qué?. 

Cerco de las vidas, 

Fortaleza inexpugnable, 

cadena, rueda sin fin, 

“algo” que se escapa. Impotencia, RABIA y NADA.



[1] Extracto XXI del poemario inédito de Ana Castañer Pamplona (Teruel, España). Doctora en Psicología Clínica y políglota. Ha publicado libros sobre gastronomía, fotografía, medicina y  literatura, y ha sido colaboradora en innumerables publicaciones periódicas. Desde los 6 años ha estado relacionada con las artes plásticas. Su trabajo ha sido expuesto en varios países de Europa, Asia y América.

martes, 22 de abril de 2014

CLEPSYDRA 15 LA SOLITARIA ARAÑITA


La Solitaria Arañita
Por Marina López[1]


Estupefacta por descubrir que el mundo es un bidé.



[1] Nació en Michoacán aunque no tiene identidad salvo gastronómica. Estudió filosofía, pero emigró a la historia y le interesa sobremanera el "mundo-de-la-vida".

lunes, 21 de abril de 2014

CLEPSYDRA 15 FICCIONES Y REALIDADES DEL SER


Ficciones y realidades del ser:
 imágenes de la Coronela Ramona Viuda de Flores

 Clepsydra 15, año II,  marzo 2014, pp. 6-7. 

Diana María Perea Romo[1]
                              
                                                                                                                      
¿Cuántas imágenes se pueden construir alrededor de un mismo personaje?, ¿cuántas personalidades conforman una misma identidad? Estas preguntas han guiado mi trabajo acerca de la Coronela Ramona Viuda de Flores, cuya figura he encontrado representada tanto en la narrativa de la Revolución Mexicana como en la fotografía de la época. En este escrito me he enfocado al problema de la construcción de una identidad compleja que comprende las miradas narrativas que la describieron, la intencionalidad al presentarse ante los demás mediante el retrato fotográfico y la propia subjetividad del personaje.
Para entrar en materia, empiezo por un pasaje de Martín Luis Guzmán en su novela El Águila y la Serpiente (1928), quien al describir su llegada a Culiacán, Sinaloa, acompañando a las tropas constitucionalistas que habían tomado la plaza tras la derrota del huertismo en diciembre de 1913, destacó su impresión ante el festejo de la victoria que el General Constitucionalista Juan Carrasco y sus acompañantes hacían por las calles de la ciudad:

Cierta mañana lo vi pasear por las principales calles en entera concordancia con lo que de él se decía. Iba en carroza abierta, terciada la carabina a la espalda, cruzado el pecho de cananas y acompañado de varios oficiales masculinos y uno femenino y notorio: la famosa Güera Carrasco. Detrás del coche a la buena usanza sinaloense, una charanga hasta de cuatro o cinco músicos se afanaba por seguir el paso de los caballos, sin dar reposo a sus instrumentos.[2]

Aunque la intención narrativa de Martín Luis Guzmán iba encaminada a resaltar el tono carnavalesco -en el sentido bajtiniano- de la escena, así como crear una tipología del Revolucionario y sus oficiales, que se completaba con la presencia de la oficial femenina; la presencia de la Güera Carrasco en este pasaje dejaba una ventana abierta a varias interrogantes, ¿quién era este famoso personaje?, ¿había existido en realidad?, ¿era amante del General?, ¿era un oficial de su ejército o una soldadera?
En lo que entonces era su cuaderno de apuntes de la Revolución, el Licenciado Isidro Fabela, quien formaba parte del gabinete del jefe constitucionalista Venustiano Carranza, visitó Sinaloa en enero de 1914, un mes después del relato de Martín Luis Guzmán, momento en que escribió lo siguiente: 

estando en la población de Sinaloa […] conocí a la famosa Coronela doña Ramona R. Viuda de Flores -a quien todos llamaban la Güera Carrasco-, la cual era de buen ver: alta, rubia, de ojos garzos que ensombrecían cejas oscuras y espesas; boca de labios delgados que acusaban energía en la voluntad; mirada directa y franca, voz clara de tonos graves que tornábanse altisonantes cuando mandaba a su tropa; nariz un poquitín respingada, frente espaciosa y aventajado el pecho, pero no en demasía, y erguido el cuerpo hasta el grado que requiere la esbeltez.[3]

A diferencia de Guzmán, quien retrató a La Güera Carrasco en el momento exacto del triunfo constitucionalista, bebiendo y festejando por las calles de una ciudad que había sufrido las consecuencias de la guerra; Fabela, un funcionario constitucionalista la conoció como la Coronela doña Ramona R. Viuda de Flores, quien organizó una cena para el primer jefe y su comitiva. Para la ocasión la Coronela se encargó del menú y vestida como una dama de sociedad dio la mejor atención posible a los invitados. Sin embargo, en sus apuntes Fabela plasmó otros aspectos que conformaban su personalidad, como el testimonio de un oficial veracruzano, quien le contó que en una ocasión al visitar a la Coronela en su hotel, esta había disparado al aire todos los tiros de su 45 para ponerlo a prueba tras haber asegurado que los jarochos no temían a las balas; o el frecuente uso de calificativos altisonantes con los que se dirigía a la tropa, como “tiznados”, “ajos”, “cabrios” y “madres”.[4]
Frente a estas imágenes donde dos narradores describen a la Güera Carrasco o la Coronela Viuda de Flores, se encuentran dos retratos donde ella posó para la cámara y puso en juego su compleja personalidad. El primero es de 1913, coincidentemente el mismo año en que Martín Luis Guzmán la vio como uno de los oficiales de Carrasco en Culiacán; en dicho retrato en el estudio Ramona R. Viuda de Flores no se acompaña del General Carrasco y es ella misma quien ocupa el lugar central de la puesta en escena, acompañada por sus subalternos el Mayor Gámez y el Capitán Francisco Reyes. Dicha centralidad destaca su grado militar como Coronela y le permite aparecer como la única de los retratados en sostener las armas. Al mismo tiempo, su cabello recogido debajo del sombrero, así como su vestimenta de camisa y pantalón se convierten en elementos que la masculinizan y destacan su carácter como combatiente.[5] 
Ramona R. Viuda de Flores, con el Mayor Gámez y el Capitán Francisco Reyes. Sinaloa, 1913. Colección Isidro Fabela.

En la segunda imagen, de 1914, la Coronela Viuda de Flores representa su lugar en la Revolución mediante otros elementos simbólicos: cambia el atuendo de una combatiente armada y su grado militar por el de una correligionaria del constitucionalismo. Mediante algo que podemos caracterizar como un verdadero acto político: corona su atuendo como una dama de sociedad con un botón prendido a la camisa de seda con el retrato del Presidente Francisco I Madero, destacándola ahora como una mujer de ideales políticos, quien legitima su causa aludiendo a la figura de Madero. Así, esta representación corresponde a su biografía, ya que según la narración de Fabela, a quien regaló ambos retratos, se levantó en armas tras el asesinato de Francisco I. Madero.

Coronela Ramona R. Viuda de Flores, Sinaloa, 1914. Fotografía de Mauricio Lohn, Sinaloa, 1914. Colección Isidro Fabela.

Al poner en juego ambas fotografías, así como las narraciones que mencioné líneas arriba, surge la interrogante acerca de la forma en que el personaje y sus narradores intervienen en la construcción de su identidad. La Coronela Viuda de Flores o La Güera Carrasco, resulta un personaje que deja detrás de sí huellas que nos invitan a develarla en su complejidad. Tanto en su rol en el ejército constitucionalista, en su conducta cotidiana, así como en la forma en que utilizó el espacio del estudio para simbolizarse como una oficial masculinizada o una dama correligionaria, nos plantea la problemática de la intencionalidad con la que nos representamos a nosotros mismos o bien, la forma en que nuestra subjetividad moldea una identidad discursiva, ilusoria, que se encuentra en los límites de una ficción o realidad del ser.[6]

Bibliografía y fuentes:

Acervo Fotográfico Centro Cultural Isidro Fabela, http://www.isidrofabela.com
Del Castillo Troncoso, Alberto, Isidro Fabela. Una mirada en torno a la Revolución Mexicana, México, Instituto Mexiquense de Cultura, 2010.
Fabela, Isidro, Mis memorias de la revolución, México, Instituto Mexiquense de Cultura, 1994.
Guzmán, Martín Luis, El Águila y la Serpiente, México, Porrúa, 1987.




[1] Es originaria de Guasave, Sinaloa. Maestra en Historia por la Universidad Autónoma de Sinaloa, UAS. Actualmente cursa el Doctorado en Historia en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, UMSNH.
[2] Martín Luis Guzmán, El Águila y la Serpiente, México, Porrúa, 1987, p. 108.
[3]Isidro Fabela, Mis memorias de la revolución, México, Instituto Mexiquense de Cultura, 1994, p. 338. Mis memorias de la Revolución se editaron por primera vez en 1977, tras la muerte de Fabela.
[4] Ibíd., pp. 340-341.
[5] Ambos retratos pertenecen al Acervo Fotográfico del Centro Cultural Isidro Fabela, disponibles en la liga http://www.isidrofabela.com . Véase también el libro de Alberto del Castillo Troncoso, Isidro Fabela. Una mirada en torno a la Revolución Mexicana, México, Instituto Mexiquense de Cultura, 2010, donde hace un excelente análisis de las imágenes de la Coronela Viuda de Flores, pp. 82-84.
[6] Concluyo con aquellas interrogantes que ahora guían mi trabajo sobre las representaciones de los personajes en la fotografía de la Revolución Mexicana.

jueves, 17 de abril de 2014

CLEPSYDRA 15 LÍQUIDOS EN MOVIMIENTO


LÍQUIDOS EN MOVIMIENTO

CLEPSYDRA 15

MARZO 2014

Por Rosalba Ceja Urrutia

Originaria de Zamora, Michoacán. Cursó Artes Visuales en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Es tallerista y fundadora de los colectivos artístico-literarios “Saudade” y “Contrastes”. Ha organizado exposiciones, mesas de lectura y un sitio web dedicado al arte. Ha intervenido en 16 exposiciones colectivas. En 2009 realizó su primera exposición individual titulada Líquidos en Movimiento. En ella explora la difícil tarea de plasmar el agua en un lienzo a la manera en que la representaban los impresionistas: haciendo énfasis en sus colores, en su reflejo y en su movimiento. Una de las motivaciones de esta exposición fue recordar la importancia y la belleza del imprescindible líquido, algo que se mira de soslayo en nuestra cotidianidad. En 2010 participó en el Encuentro Estatal de Pintura y Estampa Efraín Vargas y en Febrero de 2014 fue parte de la Exposición Colectiva de Pintura Tlapalería, acaecida en la Casa de la Cultura del Valle de Zamora. Actualmente, imparte clases de pintura para niños, jóvenes y adultos en el Centro Regional de las Artes de Michoacán (CRAM) y en la Casa de la Cultura del Valle de Zamora (CCVZ).

lunes, 14 de abril de 2014

CLEPSYDRA 15 LIBERACIÓN


LIBERACIÓN 

CLEPSYDRA 15

MARZO 2014


Sí, señor, lo admito, soy culpable, pero fue en defensa propia. Al principio nos llevábamos muy bien, sin problemas. Me gustaba estar con ella. Me entretenía. El tiempo se pasaba sin sentir. Algunas veces hasta me olvidaba de comer por gozar con sus juegos. Lo que más me impresionaba de ella eran sus vastos conocimientos. Me tenía embelesado, embrujado. Dejé de frecuentar a mis amigos. Mi novia notó que yo estaba cada día más ausente y me puso un ultimátum: “Ella o yo” –me dijo-, y mi novia perdió. Pasó el tiempo, señor, y yo no pensaba más que en los momentos en que podía estar a solas con ella, mirándola y escuchándola. Sin embargo, un día desperté de mi locura. Por alguna razón que aún no me explico, señor, desperté de mi letargo. Me miré en el espejo y no me reconocí: semblante pálido, grandes ojeras, mirada ausente. Ese no era yo, ella con su hechizo me había transformado haciéndome su esclavo. Intenté entonces librarme de su influencia, pero el deseo de estar con ella era más fuerte que mi decisión de alejarme. Una y otra vez lo intenté, pero al cabo de unas horas la desesperación me invadía obligándome a regresar. Fue entonces que decidí recurrir al único remedio definitivo: eliminarla. Pero me había encariñado con ella así que deseché la idea de recurrir a la violencia, tenía que liquidarla de una manera sutil, pero rápida y eficaz. Para lograrlo, conseguí el virus más efectivo y mortal y la inoculé. Soy culpable, señor, sí, y actué con premeditación, alevosía y ventaja, pero al fin me he liberado. Ahora, por favor, llévesela usted, señor técnico, se la regalo.
Héctor Canales González[1]



[1] Cuentista y poeta. Nació en El Grullo, Jalisco, en 1949 y radica en Zamora, Michoacán, desde 1966. Ha publicado en revistas y periódicos de la Ciudad de México, Zacatecas, Jalisco y Michoacán. Entre su obra figuran: Apariciones (cuentos), 1981; 13 Cuentos, 1984; Maniático y obsesionado (opemas y prosemas), 1985; Justo a tiempo (cuentos cortos),1988; El más feliz (cuentos), 1989; Diario de viaje (relatos), 1999; Epílogo del vuelo (poemas), 2002; Deseada carne (textos breves), 2006; y, A cualquiera le pasa (antología de cuentos y
minicuentos), ed., Arnabeth Muñoz, 2010.

martes, 1 de abril de 2014

CLEPSYDRA 15 EDITORIAL


EDITORIAL

CLEPSYDRA 15

MARZO 2014




Para ser conquistado —estética y románticamente hablando— uno debe estar dispuesto a ser conquistado o al menos tener oculta y muda esa fina intención. Este número 15 de la Clepsydra busca conquistarlo a usted querid@ lector(a), busca hacer visible y que hable en voz alta esa disposición suya de ser conquistad@ y es que el trazo fino y enigmático de Rosalba Ceja Urrutia —pintora Zamorana— plantea precisamente eso, una situación en la cual quien mira su obra pueda describir que puede ser conquistado; en su serie Líquidos en Movimiento, Ceja Urrutia emprende la difícil tarea de darle vida a los líquidos a través de su trazo, que se vean dinámicos, no planos… en movimiento pues. El maestro Héctor Canales nos regala un divertido relato sobre el tiempo -sobre este tiempo que vivimos y nuestra manera de relacionarnos con la tecnología- llamado "Liberación", el protagonista de la historia es conquistado por una máquina a quien personaliza y a la cual habla desde una perspectiva corporal para luego darse cuenta de que aquella situación no era del todo normal —¡A cuántos no nos ha pasado!—, un tema por lo demás muy de moda con la reciente aparición del film Her (Spike Jonze, EU, 2013). La historiadora Diana María Perea Romo, con su texto "Ficciones y realidades del ser: imágenes de la Coronela Viuda de Flores", nos muestra cómo, a través de una interpretación histórica de la imagen, un personaje se torna disperso e inasible pero a la vez real, vestido y calzado, palpable; nos relata un periodo de la vida de una mujer que debió haber conquistado, ya sea por su personalidad o por su belleza, a más de uno en aquellos tiempos convulsos de la Revolución Mexicana. Ana Castañer, una de nuestras cómplices ibéricas, en esta ocasión nos comparte su lado más romántico con el extracto número XXI de su poemario inédito Cascadas de estrellas en la noche. Finalmente, y para terminar de ser conquistado —aunque en este caso por la desesperanza— la filósofa Marina López nos regala una viñeta en la cual una araña —podemos decir que con vocación similar a la de su creadora— nos propone una visión nefanda y sucia del pequeño mundo en que vivimos. Ahí tiene usted querid@ lector(a), esperamos sinceramente que se deje conquistar.§